Papá campesino, de Negma Coy.
Beso el rostro de mamá tierra
agradezco haber conocido
la sonrisa de un encino
Y la sobrevivencia de una azucena
Una a una enciendo las velas de cebo
y ofrendo, ofrendo
al agricultor de mi vida
al sembrador en mis surcos
al resembrador de mis anhelos
al guardián de mis primeros brotes
al abonador de mis ilusiones futuras
al promotor de mis luchas inquebrantables
Por los ciclos de los ciclos agradezco
al que limpió la maleza que me asechaba
al que me levantó cuando caí por la tormenta
al que curó mis hojas agujereadas por el granizo
al que surqueó la tierra alrededor de mi corazón
alrededor de mis pies y de mis manos
y me mantuvo fuerte ente los huracanes nocturnos
Beso el rostro de mamá tierra
agradezco haber conocido
la sonrisa de un encino
y la sobrevivencia de una azucena
Una a una enciendo las velas de cebo
las deposito en el interior del suelo
medida a medida el caldito de frutas
y ofrendo, ofrendo con ternura
al espíritu de mi papá campesino.
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